Personas errantes, personas que van por todas partes sin saber dónde asentarse y buscan la tierra prometida.
Sin encontrarla de ningún modo. Nada le convence ni nada le apasiona, son los apátridas, a veces se sienten seguros en la casa de otros, y más que nada porque sus hogares no le traen la tranquilidad. ¿Buscan eso? Tranquilidad o la confortalidad.
Escapan de las guerras y de los estados de cohesión, no son cobardes, simplemente y llanamente esas personas han pasado por sucesos traumáticos, y evitan volver a vivirlos.
Quizás no lo han vivido y huyen. Pero entonces, ¿por qué huyen de algo que no saben?, ahí entra la educación en la que han sido formados. Familiares que si han vivido y abuelos y abuelas le cuentan malas anécdotas sobre tristeza, pobreza e intentan evitárselos contándoles esos pesares. El cerebro lo memoriza y cuando se olfatea un aire disímil de incordio, deciden evitárselos. También la lectura, películas,fotografías que muestran campos de desolación y personas sufriendo. Aunque esa persona no lo haya vivido y no tenga las nociones elementales sobre él, sigue siendo un significado preponderante de una situación impactante, sólo elegirá no inmiscuirse, alejarse porque todas las ideas anteriores le dirán “aunque ganes, perderás”. En realidad es algo lógico en el ser humano, y es la sobrevivencia.
